¿Un usado más grande y cómodo, o uno nuevo pero más pequeño y con menos motor? Es la duda de los que buscan un auto, tienen 6 millones de pesos y quieren el mayor equipamiento de seguridad posible.

En el mercado de segunda mano, la oferta de modelos full equipo, es decir, que dispongan de airbags, frenos ABS, aire acondicionado, espejos y alzavidrios eléctricos, alarma y cierre, incluye versiones 2008 de japoneses como el Toyota Corolla y el Nissan Tiida, además de franceses como el Peugeot 307 (años 2006 y 2007) y alemanes como el Volkswagen Bora (2004). Todos ellos se pueden encontrar entre los $4 millones y los $5.980.000.

Pero también hay opciones “premium”, como un Audi A3 de 2002 ($5.790.000) o un Alfa Romeo 156 de 2003 ($5.790.000).

Entre los nuevos, los más equipados en seguridad por este precio son modelos pequeños, como el Chevrolet Spark GT ($5.790.000) y el Suzuki Celerio ($5.890.000), además del sedán Chevrolet Sail ($5.990.000). Las marcas chinas aportan lo suyo con el cinco puertas Great Wall Florid ($5.590.000) y el sedán Geely MK ($4.990.000), entre otros. Todos disponen de airbags (uno o dos) y frenos ABS.
Mantención muy importante

Puestos a competir en este mismo ámbito del mayor equipamiento de seguridad, los usados grandes y los nuevos más pequeños prácticamente empatan en las preferencias.

Eduardo “Wallo” Frías, conductor de “Rock&Ruedas” en radio Futuro, dice que “al elegir un usado, la confiabilidad es súper importante. Me la juego por las marcas japonesas. Pero un aspecto relevante es averiguar cuánto valen los servicios y la mantención, ya que eso dará la idea de cómo viene el auto”. Pone el caso de una persona que compró un modelo francés “y al día siguiente a este se le echó a perder el computador. Arreglarlo le costó $500 mil”.

Colocado en la disyuntiva de qué preferir, aconseja: “si es para una persona sola o una pareja sin hijos, lo más recomendable es un citycar nuevo como el Suzuki Celerio, por ejemplo”. En cambio, “para una familia es importante la alternativa de autos más grandes, que ofrezcan más espacio, donde la opción en este nivel de precio son los usados”.

En cambio, el mecánico Cristián Esquivel, encargado de servicio de Car Security, elige a ojos cerrados un modelo de segunda mano, “ya que los citycars, como el Spark, son más chicos. Lo mismo entre un auto usado y un auto chino nuevo. Cero opción, prefiero andar en uno viejo. Y si es por marcas, me voy directo al Audi”.

Consumo de combustible

Ben Díaz, gerente comercial de Fiat, se la juega también por los modelos del viejo continente y destaca a Audi, “por su seguridad pasiva y activa”.

“Por la trayectoria de la normativa europea, me inclinaría por las marcas de allá”, afirma. Pero recomienda fijarse en la mantención: “los costos de un modelo nuevo estan muy por debajo de los usados y el riesgo también”, dice. Y un auto de segunda mano que sea más grande “puede implicar un rango de consumo importante de evaluar”.

Eduardo Rey-Aguirre, experto en inyección electrónica del DuocUC Concepción, dice que “por ese dinero y si es el primer auto, la gente prefiere uno nuevo. Luego decide si es americano, asiático o europeo. Y la seguridad no es un gran tema todavía: el comprador prefiere ahorrarse los $500 mil adicionales que suele costar un auto con airbag”.

Miguel Sellés, jefe de servicio del taller central de Emaserv, recomienda usar los $6 millones en adquirir un auto usado pero más grande, como los mencionados Volkswagen Bora o Peugeot 307, en vez de uno nuevo pero pequeño. “Personalmente prefiero un europeo usado, que siempre será más máquina”, remata.