La medida, resuelta por la Intendencia (gobernación) de la capital chilena, de 6,2 millones de habitantes, significa la prohibición de circular para el 60% de los vehículos sin convertidor catalítico y para el 20% de los que sí tienen ese dispositivo, lo que supone unos 250.000 automóviles menos en las calles.

También se prohíbe el uso de chimeneas en los hogares y el funcionamiento de 794 fuentes fijas (como industrias o calderas) y se recomendó no realizar actividades deportivas de alta exigencia, principalmente en las zonas más críticas de la ciudad.

A los grupos de riesgo (menores de 5 años, ancianos, mujeres embarazadas y portadores de enfermedades crónicas) se les recomendó abstenerse de transitar por lugares de alta circulación de vehículos

La medida se adoptó después de que varias de las estaciones de medición detectaran el sábado «un nivel crítico», esto es, más de 200 y en algunos casos más de 300 microgramos de partículas nocivas por metro cúbico de aire, informó la gobernación regional.

Las medidas rigen durante todo el día y dependerá de la evolución que muestren los indicadores si se mantienen o no para el lunes.

Al menos dos de las estaciones de medición de partículas contaminantes distribuidas en distintos sectores de Santiago, registraron en las últimas horas índices de 300 miligramos por metro cúbico, que según una tabla oficial es considerado «malo». La capital chilena está situada en un valle rodeado por las cordilleras de Los Andes y de La Costa y sufre en otoño e invierno (marzo a septiembre) el fenómeno de inversión térmica y ausencia de vientos, que impiden la dispersión de partículas nocivas contaminantes para la salud humana.