Desde este 3 de octubre de 2022 todos los automóviles ligeros y medianos que se comercializan en Chile deben contar obligatoriamente con Control Electrónico de Estabilidad (ESP, por Electronic Stability Program), el avance tecnológico de seguridad activa que más vida salva a diario en las carreteras del mundo.

Su importancia es tal que Global NCAP y la Organización Mundial de la Salud lo promueven como elemento obligatorio para todos los mercados globales desde 2015 (en Estados Unidos es requisito desde 2011 y en la Unión Europea, desde 2014).

En el caso particular de Chile, a partir de octubre de 2021 los autos sin este elemento vital ya no podrán ser homologados, mientras que un año después los autos sin él ya no podrán ni siquiera salir de los concesionarios (excepto si fueron matriculados antes de la fecha límite: 3 de octubre). ESP -un desarrollo conjunto de la alemana Bosch y Mercedes-Benz, y que debutó en la Clase S de 1995- es un sistema que evita que el conductor pierda el control del vehículo en una situación crítica de emergencia.

¿Cómo lograr esto, que en un principio parece una promesa difícil de cumplir?

Sensores siempre alerta En concreto, el control electrónico de estabilidad cuenta con sensores de velocidad en cada una de las cuatro ruedas, otro sensor que mide permanentemente el giro vertical de la carrocería y otro que monitoriza los ángulos del volante.

Estos elementos, que son procesados ​​a tiempo completo por la computadora del automóvil (ECU), permiten que este mismo «cerebro» determine cuándo debe entrar en acción el ESP, una segunda fase en la que interviene el sistema de frenos hidráulicos ABS, que es capaz de aplicar presión de frenado desigual en las ruedas, para que el automóvil mantenga la trayectoria que el conductor indica con el volante.

Con la llegada del control electrónico de estabilidad, la posibilidad de perder el control de un vehículo se ha reducido considerablemente, lo que se traduce en menos lesiones y muertes en las carreteras.

En la vida real, estas maniobras de emergencia son habituales cuando, por ejemplo, un peatón, un ciclista, un animal u otro coche se cruza de forma inesperada.

La propia pérdida de control se produce cuando las fuerzas centrífugas típicas de la física son mayores de lo que puede soportar el agarre del vehículo, a través de los neumáticos: cuando esto sucede, la lógica es que se produzca un peligroso derrape que puede provocar el impacto con otro coche o un vuelco al chocar -por ejemplo- un umbral o dejar la carretera.

Es importante mencionar que ningún automóvil que no tenga ESP es capaz de pasar la llamada Prueba Moose (o Dodge Maneuver).

Por último, baste decir que cuando el ESP pasó a ser obligatorio en Europa hace siete años, ya se habían evitado 190.000 accidentes (desde su implantación en 1995) y se habían salvado más de 6.000 vidas.

¿Qué le parece que el control electrónico de estabilidad sea finalmente obligatorio en el país?

¿Tenías alguna idea de todo el juego electrónico y la ingeniería que hay detrás?