Todo vehículo con transmisión mecánica cuenta con embrague y estos suelen dar más de un contratiempo, pero ¿cuándo se transforman en un problema?.
Tener problemas de embrague dificulta meter los cambios, suenan las marchas al entrar, no hay potencia, produce ruidos desagradable y preocupantes, además de un dolor de cabeza hasta que definitivamente no entra ningún cambio o entran todos pero el coche no tiene potencia emanando un olor muy fuerte como a pescado o algo así.
Cuándo esto sucede lo más probable es que tengas que cambiar el kit de embrague de tu vehículo que se compone de un disco de fricción llamado disco de embrague, una prensa de embrague y un rodamiento de empuje, pero este sistema es un poquito más complejo porque también entran en acción el volante de inercia, la horquilla y el siempre olvidado reten de cola de cigüeñal, aunque en algunos casos es conveniente cambiar algún sello de agua escondido debajo el volante evitando tener que desarmar nuevamente para hacer este trabajo. Así te ahorras una futura reparaciones.
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