El pasado 28 de enero, un propietario de un recién estrenado Ferrari 458 Italia tuvo un mal día. Conducía por Florida cuando tuvo un pequeño percance con un Ford F-150, con las consecuencia que todos podemos ver. 

     El pick-up de Ford aplasta el frontal del deportivo italiano, provocándole importantes desperfectos. Por el momento no hay una versión oficial de lo ocurrido, pero si sabemos que nadie resulto herido.
 
     Esta escena me recuerda un debate sobre seguridad que aún no ha sido resulto. Los turismos se diseñan para aguantar impactos contra vehículos de su misma altura, de manera que las consecuencias al chocar contra un vehículo mucho más alto son catastróficas (aquí puedes ver una muy buena explicación). En este caso imagina que el Ford F-150 hubiera impactado contra el lateral del Ferrari 458 Italia. 

     El parachoques del Ford llega hasta prácticamente la ventanilla del deportivo italiano, que no está preparado para aguantar impactos en esa zona. Afortunadamente en este accidente solo se ha dañado capot del Ferrari, que seguramente podrá ser reparado. 

     Por cierto, no pienses que el hecho de conducir un SUV significa que viajamos necesariamente más seguros. La seguridad activa (conjunto de todos aquellos elementos que contribuyen a proporcionar una mayor eficacia y estabilidad al vehículo en marcha, y en la medida de lo posible, evitar un accidente) de estos vehículos es menor si los comparamos con los turismos.