El fabricante sueco de superdeportivos Koenigsseg presentó el nuevo CC850, un modelo homenaje al CC8, el primero de la marca y que marcó las líneas de lo que sería el pequeño fabricante sueco, en una época en la que no había tanta competencia a nivel de pequeñas automotrices. , superdeportivos, y el McLaren F1 apenas comenzaba a verse amenazado por el Bugatti Veyron.

Pero lo más innovador, y que probablemente sentará un precedente en el futuro, es su curiosa transmisión, tanto automática como manual. A diferencia de las transmisiones automáticas con modo manual o CVT que simulan cambios, esta transmisión funciona auténticamente como una transmisión manual de toda la vida.

A grandes rasgos, esta nueva transmisión (denominada Lightspeed) tiene tres ejes, el primero procedente directamente del motor, es decir, no hay volante ni embrague entre la caja y el motor como suele ser habitual. En cambio, tiene seis embragues divididos entre las marchas, lo que le permite tener seis marchas en modo manual, mientras que si se usa en modo automático tiene nueve marchas.

La forma de pasar los cambios es la principal novedad, ya que los sincronizadores dejan de existir, y al pasar los cambios, algunos de los embragues se abren y cierran. Cada vez que se cambia una marcha manualmente intervienen dos embragues: el primero controlado por la palanca de cambios (sensible a la posición, para emular un pedal), y el segundo por el pedal del embrague. La apertura y el cierre de los embragues estará indicado por la posición de la palanca de cambios.

El comportamiento es similar al que alguna vez ofreció Honda, con sus cajas de cambios manuales robotizadas o automatizadas, pero la complejidad de estas acabó por hacerlas desaparecer. Por otro lado, Koenigsegg es un fabricante de nicho, donde los costes no son un tema prioritario, ni es necesario que la caja sobreviva 50.000 kilómetros.



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