El nuevo Audi TT RS estéticamente no hay muchos cambios en el recién estrenado, aunque sí se le puede distinguir por un frontal ligeramente más agresivo, donde la superficie de las tomas de aire ha aumentado y el labio inferior del spoiler se hace más prominente, así como por un alerón trasero de mayor tamaño para mejorar el apoyo aerodinámico aunque, como opción sin sobreprecio, se puede solicitar el más discreto y retráctil que llevan el resto de modelos. 

     El logotipo con las siglas RS en diversos puntos del vehículo, además de otros pequeños detalles en el interior completan las diferencias. Pero donde realmente se aprecia el salto es en el apartado mecánico. 

     El TT RS, que también se comercializará en carrocería coupé y roadster cuenta con un brillante motor de cinco cilindros que proporciona 340 caballos de potencia y un par máximo de 450 Nm entre las 1.600 y las 5.300 revoluciones. 

     Eso significa que tiene un fuerte tirón a cualquier régimen de giro, y nuestros amigos pudimos comprobar en la prueba realizada por carreteras de Centroeuropa y en el famoso circuito de Zolder. 

     Este propulsor compacto, ligero y colocado de forma transversal, dispone de la más moderna tecnología de inyección directa, que se complementa con la ayuda de un turbocompresor con intercooler. Va unido a una caja de cambios manual de seis marchas con un tacto agradable y dispone de un sistema de tracción integral en el que un embrague multidiscos distribuye la potencia entre ambos ejes según las necesidades. 

     Con estos atributos y un peso bastante ajustado (1.450 kilos), gracias a una carrocería ligera construida a base de aluminio y refuerzos de acero, las prestaciones del nuevo modelo se encuentran a una gran altura: acelera de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos y alcanza los 200 km/h en 15,9 s, todo ello con un consumo medio de casi 11km/l. 

     La suspensión se ha puesto a punto en el mítico trazado alemán de Nürburgring y aporta algunas mejoras, sobre todo en el conjunto trasero, además de reducir la distancia al suelo del coche en 10 milímetros. 

     Opcionalmente se pueden pedir unos amortiguadores de dureza variable controlados electrónicamente (Audi Magnetic Ride). De serie, el Audi TT RS viene con neumáticos 245/40 y llantas de 18 pulgadas, pero hay varias alternativas de mayor tamaño, con 19 y 20 pulgadas. 

     El interior de esas ruedas alojan unos grandes discos de frenos ventilados, de 370 mm de diámetro los delanteros y 310 los traseros, con pinzas de cuatro pistones en el caso de los primeros. 

     El comportamiento de este pura sangre es intachable y su sistema de control de estabilidad se puede regular en tres modos: uno donde va completamente conectado, otro más permisivo, en el que el motor no interfiere sobre la tracción y que resulta perfecto para condución deportiva, y un tercero en el que se desconectan del todo las ayudas. También en la prolongación de la consola central encontramos una tecla «S» que modifica ligeramente el funcionamiento del coche. 

     Con ella activada el sonido del motor se hace más ronco y pronunciado, al saltarse los gases de escape el último tramo del silencioso. Además, la respuesta del acelerador es más inmediata y, en los vehículos equipados con suspensión variable este elemento también actúa sobre los amortiguadores, incrementando su dureza. 

     En el interior del RS destacan unos asientos deportivos tapizados de cuero y Alcántara, que sujetan correctamente el cuerpo sin perder comodidad, lo que sumado a una posición de conducción excelente y al agradable tacto al volante que ofrece el coche nos permitirá disfrutar sin matices de sus cualidades atléticas.